Tener claras cuáles son nuestras metas es, más que importante, indispensable para hacer realidad nuestras aspiraciones. Saber qué queremos obtener a través de nuestros esfuerzos, nos da la percepción necesaria para reconocer cuándo hay que hacer un alto en el camino, cuándo seguir adelante, qué dirección tomar y dónde nos encontramos en todo momento.